Presentarle a su bebé un andador es un hito importante en su desarrollo, ya que marca la transición del gateo a los primeros pasos. Sin embargo, es fundamental reconocer el momento y el enfoque adecuados para introducirlo, asegurándose de que apoye su crecimiento de forma saludable y segura. Esta guía completa profundiza en los diversos aspectos del uso de un andador, desde identificar las señales de que su bebé está listo para caminar, pasando por las etapas de aprendizaje de caminar, hasta pautas de expertos sobre la mejor edad para que un bebé comience a usar un andador, brindando una visión holística sobre cómo facilitar el camino de su bebé.
¿Cuáles son las señales de que su bebé está a punto de caminar?
1. Levantarse: La primera señal a la que debe prestar atención es cuando su bebé comienza a levantarse para ponerse de pie. Los bebés a menudo comienzan levantándose hasta ponerse de pie utilizando muebles u otros objetos como apoyo. Esto demuestra una mayor fuerza en sus piernas y un deseo de estar erguidos.
2. Crucero: Una vez que pueden pararse, los bebés pueden comenzar a “correr” a lo largo de los muebles u otros objetos estables, agarrándose para apoyarse mientras se mueven hacia los lados. Esto les ayuda a practicar el cambio de peso y el equilibrio.
3. Equilibrio mejorado: Puede notar que su bebé se vuelve más estable mientras está de pie, con menos tambaleo o balanceo. También pueden comenzar a experimentar cambiando su peso de un pie al otro.
4. Ponerse en cuclillas: Los bebés pueden empezar a ponerse en cuclillas desde una posición de pie y luego volver a levantarse. Esto demuestra una mayor fuerza y control de las piernas.
5. Caminar de la mano: Algunos bebés pueden comenzar a dar pasos mientras se sostienen de las manos de un adulto como apoyo. Es posible que ellos mismos lo inicien o que sigan sus estímulos para intentar caminar.
6. Pararse solos: Gradualmente, los bebés comenzarán a soltar el apoyo y a pararse de forma independiente por breves momentos antes de volver a sentarse o agarrarse a algo para estabilizarse.
7. Prueba del equilibrio: Los bebés pueden empezar a levantar un pie del suelo mientras están de pie, intentando mantener el equilibrio sobre una sola pierna. Esto muestra una confianza cada vez mayor en su capacidad para mantenerse a sí mismos.
8. Desarrollo de las habilidades motoras: la mejora general en las habilidades motoras gruesas, como gatear, trepar y levantarse, puede indicar que su bebé se está acercando a caminar de forma independiente.
¿Cuáles son las etapas en las que un bebé aprende a caminar?
Etapa previa a la marcha (0-8 meses)
Durante la etapa previa a la caminata, los bebés inician una fase crítica de desarrollo físico. En este momento, su atención se centra principalmente en desarrollar las habilidades fundamentales necesarias para caminar, una actividad motora compleja que requiere coordinación, fuerza y equilibrio.
Los bebés realizan instintivamente movimientos como patear, un comportamiento reflejo que se observa incluso en los recién nacidos y que sirve como ejercicio temprano para sus extremidades inferiores.
Además, a medida que los bebés se vuelven más curiosos y exploratorios, instintivamente pueden empujar las superficies con los pies, ya sea el colchón cuando están boca abajo o el suelo mientras están acostados boca arriba.
A medida que avanzan en la etapa previa a caminar, los bebés también pueden demostrar una capacidad cada vez mayor para soportar peso sobre sus piernas, aunque con la ayuda de sus cuidadores. Sostenidos por manos amorosas o equipo seguro para bebés, como hamacas o centros de actividades, los bebés se aclimatan gradualmente a la sensación de estar de pie y soportar su peso.
Levantarse (8-10 meses)
A medida que los bebés avanzan hacia la etapa de levantamiento, se hace evidente un salto significativo en su desarrollo físico. En esta coyuntura, muchos bebés comienzan a demostrar una nueva fuerza y coordinación a medida que se ponen de pie utilizando muebles cercanos, barandillas de la cuna u otros objetos estables como apoyo.
Mediante prueba y error, los bebés aprenden a agarrarse a los bordes de los muebles o a las barandillas de la cuna y a ejercer fuerza hacia arriba, elevándose gradualmente hasta alcanzar una posición erguida.
Una vez de pie, los bebés suelen mostrar una sensación de triunfo y curiosidad, examinando con entusiasmo su entorno desde este nuevo punto de vista. Esta exploración vertical abre nuevas vías para experiencias sensoriales, permitiendo a los bebés interactuar con objetos a la altura de los ojos y participar en nuevas formas de juego y descubrimiento.
Crucero (9-12 meses)
En esta coyuntura, los bebés a menudo demuestran un avance notable en sus habilidades de movilidad cuando participan en la práctica de “cruzar”, un término utilizado para describir el acto de moverse hacia los lados mientras se sostienen de muebles, paredes u otros objetos estables como apoyo.
Una vez que dominan el arte de mantenerse erguidos, los bebés aprovechan con entusiasmo la oportunidad de explorar su entorno desde una perspectiva más elevada. Agarrándose a superficies cercanas e impulsándose hacia adelante.
Cuando los bebés cambian su peso de un asidero a otro, realizan un delicado acto de equilibrio. Este proceso de cambio de peso fortalece los músculos de las piernas, el tronco y la parte superior del cuerpo, mejorando su estabilidad y control general mientras está en posición vertical.
Al practicar el movimiento repetitivo de moverse de lado mientras mantienen el equilibrio, los bebés sientan las bases para la compleja coordinación necesaria para dar pasos independientes.
Caminata asistida (10-14 meses)
Durante esta fase, los bebés comienzan a experimentar dando sus primeros pasos con el apoyo de sus cuidadores o utilizando juguetes de empuje para mayor estabilidad.
La marcha asistida a menudo comienza cuando los bebés se agarran de las manos de un adulto en busca de apoyo, se ponen erguidos con entusiasmo y se aventuran tentativamente hacia adelante. Con la presencia tranquilizadora de un cuidador, dan sus primeros pasos, poniendo a prueba los límites de su nueva movilidad.
Además de buscar apoyo de los cuidadores, los bebés también pueden utilizar juguetes para empujar u otros dispositivos de asistencia para ayudarlos a caminar. Estos juguetes proporcionan una base estable de apoyo, lo que permite a los bebés practicar su equilibrio y coordinación mientras se impulsan hacia adelante. Al agarrar las manijas e impulsar el juguete hacia adelante, los bebés participan en una forma de locomoción que imita la mecánica de caminar, aunque con ayuda externa.
A pesar de sus mejores esfuerzos, los bebés pueden experimentar reveses y desafíos ocasionales mientras navegan por las complejidades de la marcha asistida. No es raro que den algunos pasos vacilantes antes de perder el equilibrio y sentarse o volver a gatear. Estos momentos de prueba y error son una parte esencial del proceso de aprendizaje, a medida que los bebés van refinando gradualmente sus habilidades motoras y desarrollando una mayor sensación de control y estabilidad mientras están erguidos.
Caminata independiente (12-18 meses)
Durante este período, los bebés pasan de depender del apoyo externo a navegar con confianza en su entorno por sus propios pies.
En las etapas iniciales de la marcha independiente, los bebés pueden dar algunos pasos inestables mientras se adaptan a la sensación de soportar su peso y mantener el equilibrio sin ayuda. Estos primeros intentos se caracterizan por movimientos vacilantes y bamboleos ocasionales.
Con el tiempo, pueden comenzar a dar pasos más largos y sortear obstáculos con mayor facilidad.
A pesar de su nueva independencia, los bebés aún pueden volver a gatear distancias más largas o en situaciones en las que se sienten menos seguros. Sin embargo, a medida que adquieren más experiencia y confianza en sus habilidades para caminar, dependen menos del gateo y prefieren cada vez más caminar como su principal medio de transporte.
Refinamiento y Maestría (18-24 meses)
Durante la etapa de refinamiento y dominio, los niños pequeños continúan refinando sus habilidades para caminar y solidificando su dominio sobre esta forma fundamental de locomoción.
Con cada paso, se vuelven más sintonizados con los matices de la mecánica de su cuerpo, haciendo ajustes sutiles en su postura, longitud de zancada y colocación de los pies para optimizar la estabilidad y la eficiencia. A través de este proceso de autocorrección y refinamiento, los niños pequeños desarrollan gradualmente una marcha más segura y fluida, caracterizada por movimientos más suaves y un mejor control.
A la edad de dos años, la mayoría de los niños pequeños han alcanzado un nivel notable de habilidad para caminar, lo que les permite navegar por su entorno con facilidad y agilidad.
¿Qué ayuda a los bebés a aprender a caminar?
Una de las formas más efectivas de hacerlo es dándoles suficiente tiempo en el piso. El tiempo en el suelo permite a los bebés practicar gatear, pararse y caminar en un entorno seguro. Fomentar el movimiento a través del juego, como colocar juguetes fuera de su alcance, los motiva a moverse y explorar diferentes formas de movilidad.
Otro método es tomarles de la mano y ayudarlos a caminar, lo que puede darles la confianza para dar pasos sin apoyo.
También puede ser beneficioso proporcionar juguetes que promuevan el estar de pie y caminar, como andadores y andadores con empuje para bebés. Estos juguetes alientan a los bebés a ponerse de pie y dar pasos, ofreciéndoles apoyo y estabilidad mientras aprenden a caminar.
La mejor edad para usar un andador
Los pediatras y expertos en desarrollo infantil generalmente recomiendan que los padres esperen hasta que su bebé muestre signos claros de estar listo para caminar antes de introducir un andador. Normalmente, esta disposición se observa alrededor de los 6 a 10 meses de edad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada bebé se desarrolla a su propio ritmo y es posible que algunos no estén listos para usar un andador hasta más tarde.
Los expertos advierten contra la introducción de un andador infantil demasiado pronto, ya que potencialmente puede obstaculizar el desarrollo de la fuerza muscular y la coordinación necesarias para caminar.
El consenso entre los profesionales es que si los padres optan por utilizar un andador, éste debe utilizarse con moderación y bajo estrecha supervisión. El andador debe usarse en una superficie plana y uniforme, lejos de escaleras o piscinas, y no lo use por mucho tiempo todos los días. Esto asegura que el bebé todavía tenga muchas oportunidades para practicar caminar de forma independiente y desarrollar las habilidades necesarias sin depender del andador.
Comparación de diferentes tipos de andadores
Andadores tradicionales para bebés
Descripción: Los andadores tradicionales suelen consistir en un marco con un asiento suspendido entre ruedas. Los bebés se sientan en el asiento y utilizan los pies para impulsarse hacia delante, ayudados por las ruedas.
Ventajas
- Proporciona movilidad a los bebés que aún no pueden caminar de forma independiente.
- Puede entretener a los bebés con juguetes y actividades adjuntas al andador.
Contras
- Preocupaciones de seguridad: Los andadores tradicionales se han asociado con accidentes como caídas por escaleras, vuelcos y alcance de objetos peligrosos.
- Puede obstaculizar el desarrollo: Algunas investigaciones sugieren que el uso prolongado de los andadores puede retrasar el desarrollo motor al desalentar el gateo y el levantarse para ponerse de pie.
Andadores sentados y de pie
Descripción: Los andadores de pie y sentado están diseñados para realizar la transición con el desarrollo del bebé. Por lo general, comienzan como centros de actividades con un asiento extraíble para sentarse con apoyo y pueden convertirse en juguetes de empuje para que los niños pequeños aprendan a caminar.
Ventajas
- Versátil: se puede utilizar como centro de actividades estacionario y como juguete para empujar.
- Fomenta diferentes etapas de desarrollo: apoya sentarse, pararse y caminar.
Contras
- Aún pueden presentar riesgos para la seguridad si se usan como andadores antes de que el bebé esté listo para caminar de forma independiente.
- Más costoso que los andadores tradicionales debido a sus características adicionales y versatilidad.
Andador de empuje (o juguetes para empujar)
Descripción: Los juguetes para empujar son juguetes con asas que los bebés pueden usar como apoyo mientras practican caminar. Estos juguetes suelen tener ruedas que permiten a los bebés empujarlos mientras caminan.
Ventajas
- Fomenta el movimiento natural al caminar: los andadores de empuje promueven una mecánica adecuada para caminar al permitir que los bebés los empujen hacia adelante mientras están de pie.
- Seguro: Los andadores de empuje no presentan los mismos problemas de seguridad asociados con los andadores tradicionales, ya que los bebés no están sentados en ellos.
Contras
- Limitado en términos de funciones de entretenimiento en comparación con los andadores tradicionales.
- Puede que no proporcione tanta estabilidad como otros tipos de andadores.
Centros de actividades estacionarios
Descripción: Los centros de actividades estacionarios son estructuras estacionarias con una variedad de juguetes y actividades adjuntas. Los bebés pueden jugar con juguetes mientras están de pie o sentados en una posición estacionaria.
Ventajas
- Fomenta el desarrollo: brinda oportunidades para que los bebés exploren y interactúen con los juguetes mientras están de pie.
- Alternativa más segura: Elimina los riesgos asociados a los andadores ya que los bebés permanecen estacionarios.
Contras
- No proporciona movilidad a los bebés que aún no pueden caminar de forma independiente.
- Puede que no sea tan atractivo para los bebés a quienes les gusta moverse.
¿Cuál es el tiempo ideal para que un bebé pase en andador?
El tiempo que un bebé pasa en un andador es una consideración crítica para su seguridad y progreso de desarrollo. Los expertos recomiendan limitar el uso del andador a no más de 30 minutos por vez. Esta restricción es crucial para evitar una dependencia excesiva del andador para la movilidad, lo que puede impedir el desarrollo de la fuerza muscular y la coordinación necesarias para caminar de forma independiente.
Alternar el uso del andador para niños pequeños con otras formas de juego y práctica de movilidad puede ofrecer un enfoque equilibrado para ayudar a su bebé a caminar de forma independiente.
Alternativas a los andadores para bebés
Fomentar el desarrollo natural mediante el tiempo boca abajo y el juego en el suelo
Colocar a los bebés boca abajo mientras están despiertos y supervisados ayuda a fortalecer los músculos del cuello, la espalda y los brazos. También les anima a levantar la cabeza y desarrollar la coordinación necesaria para gatear y, finalmente, caminar. Además, el juego en el suelo permite a los bebés explorar su entorno y practicar rodar, alcanzar y agarrar, todo lo cual es importante para el desarrollo motor general.
Uso de centros de actividades estacionarios como alternativas
Estos centros suelen ofrecer una variedad de juguetes, actividades y funciones interactivas diseñadas para estimular los sentidos de los bebés y promover su desarrollo. Los bebés pueden sentarse o pararse en estos centros e interactuar con juguetes, hilanderos, espejos y otros elementos que fomentan la exploración y la estimulación sensorial. Los centros de actividades estacionarios ofrecen muchos de los mismos beneficios que los caminantes, como entretenimiento y participación, sin los riesgos asociados con la movilidad.
Utilice un parque de seguridad para que su bebé explore libremente
Parques infantiles, también conocidos como patios de juego o cunas portátiles, brindan un espacio seguro y contenido para que los bebés jueguen y exploren. Por lo general, cuentan con lados de malla y una parte inferior acolchada, lo que crea un ambiente seguro donde los bebés pueden moverse libremente sin el riesgo de deambular por áreas peligrosas. Los parques son versátiles y se pueden usar tanto en interiores como en exteriores, lo que los hace convenientes para los cuidadores. Los bebés pueden realizar diversas actividades dentro del parque, como jugar con juguetes, practicar rodar y gatear e interactuar con los cuidadores, promoviendo el desarrollo físico y cognitivo.
Interacción y apoyo de los padres
Los cuidadores pueden participar en actividades como rebotes suaves, estar de pie con apoyo y practicar caminatas guiadas para ayudar a los bebés a desarrollar fuerza, equilibrio y coordinación. El uso de juguetes, sonajeros y otros objetos interactivos puede captar el interés de los bebés y motivarlos a explorar el movimiento.
Conclusión
En conclusión, el camino hacia la caminata es una etapa de desarrollo crucial para los bebés, llena de emoción e hitos. Si bien los andadores pueden parecer una herramienta atractiva para apoyar este viaje, es esencial abordar su uso con precaución, guiados por los consejos de los pediatras y los expertos en desarrollo infantil. Fomentar la progresión natural mediante actividades de apoyo y crear un entorno seguro y estimulante garantizará que los bebés desarrollen las habilidades que necesitan para caminar con confianza y seguridad.
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