¿Qué hacer si un niño pequeño se sale de la cuna?

  1. Hogar
  2. Cama para niño
  3. ¿Qué hacer si un niño pequeño se sale de la cuna?

Tabla de contenido

Un niño pequeño sale de la cuna

Hay un sonido particular que envía una sacudida de adrenalina pura directo al corazón de un padre: es el golpe silencioso y siniestro de los pequeños pies golpeando el suelo, seguido por la aparición repentina e inesperada de su niño pequeño en el pasillo, un niño pequeño que acaba de arropar con amor en su cuna.

Esa primera subida a la cuna es un hito monumental.Pero es uno que genera más pánico que orgullo. Este momento no se trata de que un niño sea "malo" o desafiante; se trata de un salto natural en el desarrollo que se enfrenta a un obstáculo físico. 

Tu hijo pequeño simplemente está resolviendo un problema: quiere estar contigo y ha descubierto cómo lograrlo. Pero esta nueva habilidad conlleva preocupaciones muy reales por su seguridad y un torbellino de preguntas para ti. ¿Cómo mantenerlos a salvo? ¿Ha terminado oficialmente la era de las cunas? ¿Qué viene después?

No te preocupes, estamos aquí para ayudarte a afrontar esta transición con confianza. En este artículo, te guiaremos con pasos prácticos para mantener a tu pequeño explorador seguro.

La mayoría de los niños pequeños comienzan a probar sus habilidades para escalar a los 18 y 24 meses de edad

Este es un período de desarrollo físico explosivo en el que los niños pequeños dominan la técnica de subirse a muebles, escaleras y cualquier otra cosa que encuentren. También es una época de intenso crecimiento cognitivo, donde empiezan a comprender cómo usar objetos como herramientas y a secuenciar acciones para lograr un objetivo, como apilar mantas para crear un escalón o maniobrar su cuerpo de la manera correcta para pasar una pierna por encima de la barandilla.

Algunos niños particularmente ágiles y aventureros pueden descubrirlo incluso antes, alrededor de su primer cumpleaños, mientras que otros pueden contentarse con permanecer en los confines seguros de su cuna hasta bien pasado el tercer año. 

La señal más fiable de que la escalada es inminente tiene menos que ver con la edad y más con la altura. Una buena regla general es observar a tu hijo cuando esté de pie en la cuna. Si la barandilla superior está por debajo de su pecho, tendrá la ventaja de poder subir una pierna y pasarla por encima. 

Tu hijo está adquiriendo más confianza en su cuerpo, siente curiosidad por el mundo y está deseando ejercitar su recién descubierta independencia. La cuna es simplemente la montaña más cercana para escalar. Este impulso por explorar es, en realidad, una señal de crecimiento saludable, aunque represente un nuevo reto de seguridad para los padres.

Un niño pequeño sale de la cuna

Si bien podemos apreciar la determinación y la inteligencia detrás del gran escape de un niño pequeño, el momento en que sale por primera vez de su cuna marca un punto crítico en el que la seguridad debe convertirse en la prioridad inmediata. 

El peligro de las caídas

A diferencia de una bajada controlada de un sofá, escapar de una cuna suele ser una caída descoordinada y con el torso pesado sobre una barandilla que puede estar a un metro o más del suelo. Esto puede provocar lesiones mucho más graves que un típico golpe en un parque infantil. Un niño puede caer fácilmente sobre la cabeza o el cuello, lo que puede provocar conmociones cerebrales, fracturas u otras lesiones graves.

Peligros de la exploración sin supervisión

Una vez libre, un niño pequeño puede recorrer su habitación —y potencialmente toda la casa— sin supervisión. Esto abre un mundo de peligros para los que no está preparado. Estos incluyen tirar muebles pesados como cómodas o estanterías, acceder a los cables de persianas o cortinas, y manipular enchufes. 

Alteración de la rutina del sueño

Quizás menos obvio, pero igualmente importante, es la alteración de las rutinas de sueño y la posibilidad de nuevos desafíos para dormir. Un niño que puede levantarse de la cama puede resistirse a las siestas y a la hora de acostarse, lo que provoca cansancio excesivo y estrés familiar. 

La Academia Estadounidense de Pediatría y otras organizaciones de seguridad infantil enfatizan constantemente que una vez que un niño demuestra la capacidad de trepar para salir, el entorno de sueño debe adaptarse de inmediato para mitigar estos riesgos, ya sea que eso signifique hacer que la cuna en sí sea más segura o hacer la transición a una cama para niño

Un niño pequeño sale de la cuna

Maximice la seguridad incorporada de la cuna

Su primera línea de defensa es la cuna. Asegúrese de que el colchón esté en su posición más baja. Consiga una cinta métrica; la parte superior de la barandilla de la cuna debe estar a un mínimo de 66 cm del borde superior del colchón para evitar que los más insistentes se suban. Si su hijo logra pasar el pecho por encima de la barandilla incluso en la posición más baja, la cuna ya no es segura para él.

Eliminar todas las ayudas para escalar

Retire de la cuna todos los objetos que puedan servir como escalones. Esto incluye mantas voluminosas, peluches, almohadas e incluso protectores de cuna (que, de todos modos, no se recomiendan por razones de seguridad). Una cuna vacía, con solo una sábana ajustable y quizás un pequeño peluche, no ofrece ninguna ayuda para los pies de los pequeños.

Utilice un saco de dormir como un elemento disuasorio suave

Esta es una de las herramientas más eficaces y sencillas. Si bien no constituye una restricción, la ligera restricción de movimiento puede dificultar que un niño pequeño levante la pierna lo suficiente como para pasar por encima de la barandilla de la cuna. 

Dale la vuelta a la cuna

Algunos modelos de cuna tienen un lado más alto que el otro. Si este es el caso de tu cuna y el lado más corto está contra la pared, prueba a girarla para que el lado más alto quede hacia afuera, hacia la habitación. Esta simple barrera física puede darte unos valiosos centímetros de altura extra.

Refuerce los límites con calma y constancia

Si sorprende a su hijo intentando trepar, responda con calma pero con firmeza. Vuelva a colocarlo con cuidado y use un lenguaje claro y sencillo: "Es hora de dormir. Nos quedamos en la cuna". Evite convertirlo en un juego con risas o reacciones dramáticas, ya que esto puede fomentar inadvertidamente el comportamiento. Aunque esto puede no funcionar de inmediato con un niño pequeño decidido, la constancia le ayuda a entender el límite.

Anclaje de todos los muebles

Cualquier cómoda, estantería, armario o televisor debe estar firmemente anclado a la pared. Los niños pequeños son trepadores natos, y los muebles sueltos pueden volcarse con consecuencias catastróficas. Use correas o soportes de seguridad para fijar los muebles a los montantes de la pared, no solo a la placa de yeso.

Asegure las ventanas y cubra los enchufes eléctricos

Instale protectores o topes para ventanas para limitar la apertura de las mismas. Asegúrese de que los cordones de las persianas y cortinas estén bien acortados y completamente fuera del alcance, utilizando enrollacables o abrazaderas. Todos los enchufes eléctricos deben estar cubiertos con tapones de seguridad o tapas deslizantes.

Elimine los peligros de asfixia y tropiezos

Revise la habitación a fondo desde la altura de los ojos de su hijo. Retire objetos pequeños, botones sueltos de los juguetes o cualquier cosa que pueda caber en un comprobador de tubos de estrangulamiento. Guarde los juguetes de forma segura en contenedores bajos y abiertos, en lugar de estantes altos que puedan tentar a trepar. Asegure las esquinas de las alfombras con almohadillas antideslizantes para evitar tropiezos.

Gestionar la puerta y las escaleras

Una barrera para bebés colocada en la entrada puede ser útil para algunas familias, no como una jaula, sino como un límite para evitar que deambulen por la noche hacia zonas más peligrosas de la casa, como las escaleras o los baños. En casas con escaleras, una barrera en la parte superior es absolutamente esencial. Algunos padres también optan por usar un monitor de bebé para vigilar a su pequeño recién llegado.

Crea un espacio de “Sí”

La habitación ideal a prueba de niños es un espacio donde tu hijo pueda explorar con seguridad todo lo que tenga a su alcance. Usa pestillos de seguridad en todos los cajones y armarios. Asegúrate de que los juguetes y libros sean apropiados para su edad y no tengan bordes afilados. Las luces nocturnas suaves y tenues pueden ayudar a tu hijo a navegar por la habitación sin sobreestimularlo.

Como se mencionó en secciones anteriores, un niño que puede salir de su cuna, y lo hace, ha convertido un espacio seguro para dormir en un riesgo significativo de caída. Cuando el riesgo de lesión por una caída supera el beneficio de una contención continua, la respuesta es clara. La cuna ya no cumple su función principal de mantener a su hijo seguro, y seguir usándola se convierte en la opción más peligrosa.

Sin embargo, la seguridad no es el único factor. Considere la preparación de su hijo y las necesidades de su familia. ¿Su hijo pequeño muestra señales de estar listo para ir al baño y necesita poder levantarse de la cama por sí solo? ¿Está esperando un bebé que podría necesitar la cuna? 

Estas consideraciones prácticas pueden influir en el momento oportuno. Sin embargo, generalmente se aconseja evitar realizar este cambio importante durante otros períodos de interrupción significativa, como una mudanza o unas vacaciones, ya que puede resultar abrumador para un niño pequeño.

También es importante distinguir entre una fase temporal y una habilidad permanente. Algunos niños pequeños pueden intentar trepar una vez por curiosidad y no volver a intentarlo. En tales casos, las estrategias para disuadirlo de trepar podrían darte más tiempo. Pero para el trepador persistente, es poco probable que el comportamiento cese. Observar la constancia en sus acciones te dará la señal más clara.

Ultimately, la pregunta de si deberías hacerlo es un cálculo personal. Si tu hijo está contento y seguro en su cuna, no hay una necesidad urgente de hacer la transición solo por la edad. Pero si te preocupa constantemente que se caiga, si corres a su habitación con cada ruido o si ya se ha caído, entonces la transición no solo es recomendable, sino necesaria. 

Ver a tu pequeño crecer y convertirse en un pequeño y audaz explorador es una de las grandes alegrías de la paternidad, hasta que esa curiosidad lo lleva a cruzar la barandilla de la cuna. 

Salir de la cuna puede parecer un salto repentino y estresante desde la infancia, pero también es señal de un desarrollo saludable. Bajar el colchón, evitar que la cuna se mueva, comprobar su firmeza y asegurarse de que la habitación a su alrededor sea segura, le permitirá ganar tiempo valioso mientras su hijo aprende nuevos límites.

Si las acrobacias de su pequeño se vuelven demasiado frecuentes o riesgosas, un cambio oportuno a una cama baja, combinado con una cuidadosa protección para niños, puede ofrecerle libertad sin sacrificar la seguridad. 

¡Maravilloso! Comparte este caso:

Obtenga una cotización/muestras

*Respetamos su confidencialidad y toda la información está protegida.
error: ¡¡El contenido está protegido!!

Obtenga una cotización personalizada rápida
(Solo para empresas)

*Respetamos su confidencialidad y toda la información está protegida.