La llegada de una trona suele sentirse como un hito, una clara señal de que la introducción de alimentos sólidos y las comidas en familia están a la vuelta de la esquina. Pero para muchos padres primerizos, la pregunta no es si empezar a usarla, sino cuándo hacerlo de forma segura.
Sin embargo, los expertos coinciden: la preparación para la trona depende de las habilidades de desarrollo, no del calendario. Apresurar el proceso puede ser más que un simple desorden; puede ser peligroso si el bebé no tiene la fuerza muscular necesaria para sentarse erguido. Un bebé que no está preparado para ello puede encorvarse fácilmente, lo que ejerce presión sobre su columna vertebral e incluso puede afectar sus vías respiratorias al comer.
Este artículo es su guía experta para realizar esta transición de forma segura y sin problemas.
Comprender las etapas del desarrollo del bebé para sentarse

Control de cabeza y cuello
El primer requisito innegociable para silla alta El uso implica un control completo y estable de la cabeza y el cuello. Este control se desarrolla durante el tiempo boca abajo y el juego de desarrollo temprano, generalmente entre los cuatro y los seis meses de edad.
¿Por qué es esto fundamental? Cuando la cabeza de un bebé está inestable, no puede proteger sus vías respiratorias. Si se inclina hacia adelante o su cabeza cae hacia atrás al masticar o tragar, corre un riesgo mucho mayor de atragantarse.
Piensa en la trona como una plataforma vertical para dar de comer; sin una base estable en la parte superior, todo el proceso es inseguro. Los pediatras insisten en que, hasta que se domine esta habilidad, hay que esperar para introducir la trona y los alimentos sólidos.
El papel de la estabilidad del tronco en el uso de la trona
Tras dominar el equilibrio de la cabeza, el siguiente paso crucial es desarrollar la estabilidad del tronco: la fuerza central necesaria para sentarse de forma independiente. Esta estabilidad proviene del trabajo coordinado de los músculos abdominales y de la espalda.
Muchos padres confunden el "sentado con apoyo" (donde el bebé se sostiene con almohadas o un cojín reductor) con que está listo para usar la trona. Sin embargo, para usarla se requiere que el bebé se siente sin apoyo, es decir, que mantenga el torso erguido por sí mismo.
Esta habilidad es vital porque una mala postura del torso puede comprimir los pulmones y el estómago, dificultando la digestión e interfiriendo con la deglución. Un bebé con poca estabilidad del tronco también tiene más probabilidades de inclinarse hacia un lado para compensar la debilidad, con el consiguiente riesgo de caídas o de una comida incómoda e infructuosa.
¿Cómo se relacionan los reflejos del bebé con el uso de la trona?
Más allá de la fuerza muscular, los reflejos del desarrollo desempeñan un papel importante en la seguridad de la trona. En concreto, deben estar presentes los reflejos de equilibrio al sentarse. Se trata de respuestas automáticas que ayudan al bebé a mantener la estabilidad y evitan que se caiga.
Cuando un bebé pierde ligeramente el equilibrio, estos reflejos activan la contracción de los músculos opuestos, devolviéndolo a la posición vertical. Si estos reflejos no están completamente desarrollados, un movimiento brusco al intentar alcanzar un juguete o un ligero movimiento en la silla podría provocar que se caiga hacia adelante o hacia un lado. La trona suele ser el primer lugar donde estos reflejos se ponen a prueba a diario.
¿Cuáles son las 3 señales de que el niño está listo para usar la trona?
La cuestión de cuando Para empezar a usar la trona, en realidad se trata de si tu bebé ha dominado tres señales específicas. Estas tres señales deben estar presentes. juntos para crear el entorno de alimentación más seguro y eficiente. Imagínelos como un seguro: si falta un pasador, el mecanismo no funcionará correctamente.
Señal 1: Permanecer sentado sin ayuda durante al menos un minuto
Este es el indicador más directo de que el bebé está listo. La clave está en que pueda mantenerse erguido sin ayuda. No se refiere a sentarse en una sillita acolchada ni a apoyarse en un sofá. Significa que el bebé puede colocarse sobre una superficie plana y firme y mantener una postura recta durante al menos 60 segundos sin usar las manos para incorporarse.
Para los padres, una excelente manera de evaluar esta habilidad es observar a su bebé durante el juego. ¿Pasa sin esfuerzo de estar acostado a sentarse? Al intentar alcanzar un juguete, ¿mantiene la columna recta o se encorva inmediatamente?
Signo 2: Duplicación del peso al nacer
El aumento de peso es importante porque está estrechamente relacionado con el tono muscular general y la madurez esquelética del bebé. Cuando un bebé duplica su peso al nacer (lo que suele ocurrir alrededor de los cinco o seis meses), su cuerpo se ha fortalecido considerablemente.
El aumento de masa muscular requiere músculos más fuertes para sostenerla, en particular los músculos del tronco y la espalda que mencionamos anteriormente. Si bien este signo se relaciona más con la maduración física general que con la capacidad de sentarse, constituye una señal de apoyo importante.
Este hito demuestra que el cuerpo del bebé está físicamente preparado para soportar la fuerza vertical que supone sentarse en una trona. Además, suele coincidir perfectamente con el momento recomendado por el pediatra para introducir los primeros alimentos.
Signo 3: Pérdida del reflejo de protrusión lingual
Esta tercera señal es completamente diferente de la fuerza, pero es fundamental para la seguridad durante la alimentación. El reflejo de extrusión lingual es un mecanismo de protección natural que hace que los bebés empujen automáticamente cualquier sólido que se coloque sobre su lengua, expulsándolo de su boca.
Este reflejo está diseñado para protegerlos del atragantamiento con objetos extraños y les impide tragar alimentos sólidos de forma segura. A medida que los bebés maduran, generalmente cerca de los seis meses, este reflejo disminuye, permitiéndoles mover la comida desde la parte delantera de la boca hacia la parte posterior para tragarla.
La pérdida de este reflejo no solo indica que el bebé está listo para usar la trona, sino que es un indicador fundamental de que está preparado para la alimentación complementaria. Si tu bebé todavía expulsa la comida con la lengua, usar la trona para alimentarlo resulta inútil y frustrante para todos.
¿Cuál es la mejor edad para empezar a usar una trona?

Aunque hemos establecido que la preparación es fundamental, los padres siguen buscando un plazo general. Conocer el rango de edad típico puede ayudarles a prepararse.
6 meses: El momento óptimo para la seguridad y el desarrollo
Para la mayoría de los bebés sanos, los seis meses representan el momento óptimo para su desarrollo. Esta edad coincide casi a la perfección con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las principales asociaciones pediátricas para comenzar la introducción de alimentos complementarios.
A los seis meses, la mayoría de los bebés ya han alcanzado las tres señales de preparación: sentarse solos, duplicar su peso al nacer y la disminución del reflejo de extrusión lingual. Comenzar a los seis meses sincroniza la mecánica de la alimentación con la capacidad física.
Los riesgos de empezar demasiado pronto
Si estás considerando usar la trona antes de tiempo —quizás a los cuatro o cinco meses— es fundamental comprender los riesgos.
Colocar a un bebé con una columna vertebral poco desarrollada en posición sentada vertical puede ejercer una presión excesiva sobre su cartílago aún blando y sus vértebras en desarrollo.
Además, si la fuerza del tronco es insuficiente, el bebé puede encorvarse hacia adelante. Esta mala postura no solo es incómoda, sino que también dificulta la alimentación, ya sea por sí mismo o con cuchara, y puede resultar más peligrosa.
¿Cuándo es el momento de dejar de usar la trona?
La mayoría de los niños dejan de usar la trona tradicional entre los 18 meses y los 3 años. Las señales clave a tener en cuenta son las conductuales y físicas:
- El bebé intenta regularmente entrar o salir del arnés mientras está desabrochado o incluso abrochado, lo que supone un grave riesgo de caída.
- El peso del niño supera el límite especificado por el fabricante (normalmente entre 40 y 50 libras).
- El niño se resiste constantemente a que le pongan el cinturón de seguridad y está listo para sentarse a la mesa familiar, generalmente con la ayuda de un asiento elevador o un trona convertible que se transforma en una silla para niños pequeños.
¿Cómo introducir a tu bebé a la trona sin problemas?

Una vez que tu bebé esté preparado para ello, el proceso de introducción a la trona requiere paciencia y estrategia. Una trona puede resultar un entorno extraño y nuevo para un bebé que solo ha experimentado la cercanía y la comodidad de estar en brazos o acostado.
Crea una asociación positiva: no solo para la comida.
Empieza por hacer que se sienten solo de cinco a diez minutos cada vez. Coloca su juguete favorito con ventosa o un libro de cartón en la bandeja para una actividad rápida y divertida. Esto ayuda a crear una asociación positiva con los muebles.
Aumenta gradualmente el tiempo que pasan allí, asegurándote de supervisarlos constantemente. Esta formación de hábitos positivos minimiza la resistencia y la confusión cuando introduzcas las comidas reales.
Dominar la regla '90-90-90' para una postura óptima al comer
La regla '90-90-90' es la norma de oro para la postura en la trona, una parte vital de una alimentación segura y productiva. Significa que las tres articulaciones deben estar en un ángulo de 90 grados:
- Caderas a 90 grados (sentado firmemente contra el respaldo de la silla),
- Rodillas a 90 grados
- Tobillos a 90 grados (pies apoyados planos sobre un reposapiés sólido).
El reposapiés es indispensable. Sin un apoyo firme, los músculos centrales del bebé no se activan completamente, lo que provoca que se encorve o se balancee. Una postura correcta no solo es importante para la comodidad, sino que influye directamente en el desarrollo de la motricidad oral.
Solución de problemas comunes relacionados con el rechazo a la trona
¿Qué ocurre si tu bebé empieza a resistirse a la trona? El rechazo a la trona es frecuente y suele indicar un problema subyacente que necesita solución.
Primero, comprueba el ajuste y la comodidad: ¿Te aprieta el arnés? ¿Está demasiado ajustado el cojín del asiento?
Segundo, revisa el momento: ¿Está el bebé demasiado cansado o hambriento? Es probable que tenga una rabieta si intentas acostarlo en un momento en que suele estar irritable.
En tercer lugar, cambia la ubicación: intenta acercar la trona a la mesa del comedor familiar. Los bebés tienen un fuerte deseo de participar. Incluirlos en el ambiente de la comida familiar puede reducir su resistencia al instante.
Lista de verificación de seguridad para sillas altas: 5 reglas que debes seguir
1. Utilice siempre el arnés, en todo momento. Aunque una bandeja parezca segura, solo el arnés impide que un bebé decidido se escape o se resbale. Opta por una trona con arnés de 5 puntos, que incluye correas sobre los hombros, la cintura y entre las piernas.
2. Nunca deje a su bebé sin supervisión. Los accidentes ocurren rápidamente, a menudo en menos tiempo del que se tarda en recoger una cuchara que se ha caído. Si necesita alejarse, aunque solo sean unos segundos para abrir la puerta o recoger algo olvidado, saque a su bebé de la trona y llévelo consigo.
3. Eliminar los puntos de “empuje”. Los bebés son sorprendentemente fuertes e ingeniosos. Nunca coloques la trona cerca de una encimera, mesa o pared. Pueden usar estas superficies para empujar, volcando la trona y provocándoles una caída grave.
4. Compruebe todas las cerraduras y mecanismos. Si tienes una silla plegable o con ruedas, comprueba siempre que los mecanismos de bloqueo estén bien enganchados antes de sentar a tu bebé. En el caso de sillas con bandeja extraíble, asegúrate de que la bandeja quede bien fijada y no se pueda soltar fácilmente.
5. Respete los límites de peso y altura. Una vez que su hijo supere el peso máximo recomendado para la silla, o si es lo suficientemente alto como para apoyar los pies contra un objeto sólido e intentar ponerse de pie, es hora de pasarlo a un asiento elevador o una silla para niños pequeños.
Cómo elegir la trona adecuada para la etapa de tu bebé
El mercado de tronas ofrece tres categorías principales.
Las tronas estándar son de estructura fija, a menudo con bandejas grandes y poca capacidad de ajuste. Cumplen su función, pero no ofrecen ninguna utilidad más allá de la etapa de niño pequeño.
Los asientos elevadores se sujetan a una silla de comedor existente, ahorrando espacio y facilitando los viajes, pero a menudo carecen del soporte postural que necesitan los bebés más pequeños.
El tercer tipo, la trona convertible, ofrece la mayor rentabilidad a largo plazo. Estas tronas están diseñadas específicamente para transformarse de trona para bebés a elevador para niños pequeños, e incluso, en ocasiones, en silla juvenil o silla de escritorio, acompañando el crecimiento de su hijo desde los seis meses hasta los cinco años y más.
| Característica | Silla alta estándar | Asiento elevador | Trona convertible |
| Esperanza de vida | A corto plazo (de 6 meses a 3 años) | Etapa intermedia (de 1 a 5 años) | Largo plazo (de 6 meses a la edad adulta) |
| Huella | Grande, fijo | Pequeño y fácil de guardar | Moderado, polivalente |
| Gama de precios | De bajo a medio | Bajo | Medio a alto |
| Soporte postural | Bien | Variable, depende del modelo | Excelente, a menudo ajustable |
Al comprar una trona, no te fijes solo en la funcionalidad básica. Busca modelos con altura regulable (para que se adapte a tu mesa de comedor) y, sobre todo, con reposapiés regulable para conseguir la postura ideal de 90-90-90.
En segundo lugar, la fácil limpieza ahorra a los padres mucho tiempo y esfuerzo. Los diseños de alta calidad eliminan las hendiduras y las superposiciones de tela donde se pueden acumular restos de comida y proliferar bacterias. Busque características como fundas de cojín lavables a máquina, un diseño liso y sin costuras, y bandejas de plástico apto para uso alimentario que se limpian fácilmente.
Preguntas frecuentes sobre sillas altas
P: ¿Puedo usar una silla alta para mi recién nacido?
R: No se recomienda para recién nacidos ya que no tienen suficiente control de cabeza y cuello. Es mejor esperar hasta que su bebé haya ganado suficiente fuerza y estabilidad antes de introducir una silla alta.
P: ¿Son las tronas de madera más seguras que las de plástico?
R: La seguridad depende de su diseño y construcción más que del material. Tanto las tronas de madera como las de plástico pueden ser seguras si cumplen con las normas y directrices de seguridad requeridas.
P: ¿Puedo usar una silla alta sin bandeja?
R: La bandeja proporciona una superficie cómoda para alimentar y jugar. Si bien es posible utilizar una silla alta sin la bandeja, esto puede limitar la funcionalidad y comodidad de la silla.
P: ¿Cuándo debo dejar de usar una silla alta?
R: La edad a la que un niño ya no necesita una silla alta varía. Una vez que su hijo pueda sentarse cómodamente a la mesa y alcanzar la superficie de la mesa sin ayuda, puede considerar la transición a una silla normal.
P: ¿Existen alternativas a las tronas tradicionales?
R: Sí, existen opciones de asientos alternativas disponibles para bebés y niños pequeños, como asientos en el piso, asientos para bebés o sillas para bebés que brindan apoyo y estabilidad para sentarse. Estas opciones pueden ser adecuadas para familias con espacio limitado o que prefieren un enfoque más minimalista a la hora de sentarse.
Conclusión
La decisión de cuándo usar una trona se reduce a una regla fundamental: la preparación, no la edad. Espera hasta que tu bebé pueda sentarse sin ayuda, haya duplicado su peso al nacer y haya perdido el reflejo de extrusión de la lengua.
Recuerda que invertir en una trona de alta calidad es invertir en comidas exitosas y una postura correcta a largo plazo. Al comprar, no te conformes con soluciones temporales y opta por productos como las tronas convertibles, que ofrecen durabilidad, respetan la regla 90-90-90 y cumplen con los más altos estándares de seguridad.
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